Tras el encuentro de la semana pasada, Prepurcios estaban agotados. No importaba. Este era el partido más importante de la temporada. Si se perdia el encuentro, todo el trabajo se irira al traste. Los jugadores volvian a jugar el partido de la temporada. Y en el banquillo se veia al joven Toño Solana junto con Bogdan pegados a un aficionado de la primera fila que transmitia el partido de Vigilantes.
Alineamos una 3-5-2, en previsión que Calamar jugara a la defensiva. Es un equipo que utiliza la 4-5-1 frente a los fuertes y la 4-4-2 frente a los débiles. Así que allá fuimos con todo, con Conato y Timo delante, la media acostumbrada y con Rob, Mundi y Rubén en la zaga.
La primera parte fue de tanteo. Salvo por un tiro lejano de ellos, no hubo peligro. El empate junto con la victoria de Vigilantes nos privaba del título. Hasta el 44. Luca marcaba su gol número 11 en la liga y se situaba a 2 goles de su perseguidor en el pichichi: Conato. Se desataba la fiesta en la grada visitante. Se sabia que Calamar no nos iban a marcar. Aun tocados eramos superiores. Y tras el descanso llegó el segundo. Conato también queria el pichichi. Aún metimos otro gol que el árbitro nos anuló por fuera de juego.
La eufória se apoderó de los nuestros cuando se oyó el pitido final. Los jugadores respiraron aliviados. Son una generación de ganadores. Han ascendido dos veces ya y aun pueden darnos muchas alegrías. Felicidades campeones.
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